"Baja la comadre, cargada su alforja, empachada en
choclos, habas verdes y agolinos, con su cántaro en la mano, su chuspa rellena
en coca, sus flores y palomas... Baja pensando en el viento, que entremezcla
sus ideas concentradas en su hija, en su ahijado o en su purísima vida de mujer
embadurnada en el color de Pachamama, en el diario escarbo de la tierra o en el
hosco trajinar de las cabras enterradas bajo el marrón claro de los cerros.
Baja la comadre, mientras ya muy cerca está la otra,
esperando la visita especial, sincera y puntual, como quien espera el feliz
vivir en este mundo, o como quien ansía el tranquilo y eterno reposar en una
tumba. La cita anual se concreta, es el Jueves de Comadres, muy cercano al
Carnaval, a solo un día..
Charleras de las cajas encantadas que chirrean al compás del
golpeteo femenino, coloreo en serpentinas, intercambio de los versos rebasados
en la chicha. ¡Salúd! por la Pachamama, alegría en el rostro blanqueado con
harina o talco perfumado, organismo con presión acelerada, principio de punteo
en borrachera y expresión vocal convertida en escala de sonidos."
Fortunato Ramos en "Costumbres, Poemas y
Regionalismos"
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